Sentados alrededor de una mesa de madera, a la sombra de un olivo, en el patio de un gran instituto de educación secundaria de Valencia, siete profesores hablan de la revolución cultural que está sacudiendo la enseñanza. La repetición en la secundaria obligatoria (ESO) dejará de estar vinculada a un número concreto de suspensos (el límite general está fijado ahora en tres materias, aunque hay excepciones) y el equipo de profesores tomará la decisión en función de lo que considere mejor para el alumno. “Como docente me parece peligroso lanzar el mensaje de que suspender o aprobar no se tendrá en cuenta para pasar de curso”, dice Pilar Rivera, profesora de Filosofía. Tomás Ruiz, profesor de Lengua y literatura castellana, contesta: “Yo no veo que vaya a rebajar la calidad del sistema educativo ni el nivel de responsabilidad de los alumnos. En casos aislados la repetición beneficia, pero en general no”.