Los alumnos, desde los más pequeños a los más mayores, están sumergidos en la confinada educación 'online', una técnica complicada que lo es todavía más en los hogares con modestos recursos económicos y digitales. Salvo contadísimas excepciones, el Gobierno ha descartado abrir las aulas físicas. La enseñanza virtual continuará hasta junio, cuando termine el año académico 2019-2020.
¿Y después? ¿Qué pasará en septiembre? ¿Volverán a llenar los estudiantes los pupitres? La respuesta está cada vez más clara. Fuentes del Ministerio de Educación admiten a EL PERIÓDICO que "la posibilidad de trabajar 'online' no se descarta, sobre todo, para el comienzo del curso". Una de las opciones que se barajan es que pueda haber alumnos presenciales y otros digitales por turnos.