Es el caso de José, un profesor que en cuestión de horas comenzará su trabajo en un aula de Madrid. El problema es que tiene una patología que le deja desnudo frente al COVID-19, ya que su cuerpo es incapaz de generar escudo alguno.
Dará clases a alumnos que tienen necesidades especiales y con los que resulta a veces imposible mantener la distancia de seguridad. Empezar el curso en mitad de una pandemia le genera preocupación y "desasosiego", asegura.