La formación inicial y permanente de nuestro colectivo docente ha sido el elemento de debate que la ministra Celaá acaba de colocar encima de la mesa estos días. Luego, se ha retirado a sus aposentos, ciertamente, dejando a la comunidad escolar en el difícil ejercicio de responder a lo que lo ministra no ha llegado a definir.
Algunos datos sobre formación docente se encuentran en el informe Talis, una especie de PISA para profesores patrocinado igualmente por la OCDE. (¿Por qué no es la Unesco quien se ocupa de estos estudios en vez de un organismo consagrado al estudio del progreso económico?). En 2019, el informe Talis expresa que más de la mitad de los docentes de ESO en España no se sienten preparados en el contenido, ni en la pedagogía ni en la práctica en el aula de las materias que enseñan. Ocupamos el último lugar de los países y economías comprendidos en el informe. Tienen de qué (pre)ocuparse los responsables ministeriales.