En el aula PMAR —las siglas de Programas de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento— de Cruz Díez, profesora de secundaria en un instituto público de Fuenlabrada, la mitad de los alumnos no acceden a sus clases virtuales. También fallan, aunque menos, algunos alumnos de sus otros grupos.
“Algunos no se conectan porque no tienen los medios y hay otros que necesitan el tirón de los profesores… Estos son los que más me preocupan porque a los que no tienen recursos y son alumnos motivados los podremos recuperar, pero hay chicos que necesitan tener al profe”, explica.