La Federación de Enseñanza USO y otras organizaciones se han reunido este miércoles con el Ministerio de Educación para valorar la situación en la que queda la asignatura de Religión y su profesorado tras la aprobación de la «ley Celaá».
Su objetivo es «salvarse» de una asignatura que tiene muchas posibilidades de quedarse relegada, lo que se sabrá en los decretos de desarrollo de la nueva norma. «Nadie sabe cómo va a quedar la asignatura de Religión en el nuevo plan de estudios de la Lomloe y la incertidumbre en el colectivo del profesorado de Religión es máxima, sobre todo porque la intención declarada del Ministerio es reducir su presencia en el currículo».